miércoles, 17 de diciembre de 2008

El paquete III - Carta al remitente y foto del paquete.

Hola de nuevo (tercera y última parte):

Desvelado el misterio.

Final feliz para mí, pues he recuperado mi paquete, y triste para el muchacho, pues no creo que quede en buen lugar en la empresa o ni siquiera dentro.

Efectivamente el muchacho de la furgoneta blanca que vi ayer alrededor de las 16:00 era el transportista que traía en sus manos el paquete que yo misma identifiqué como tal por el tamaño. Salí corriendo con mi perra tras él pero, al dar la curva, dejé de seguirle dando por supuesto que regresaría. Si hubiese caminado unos 100 m. más le habría alcanzado.

¿Qué pasó? Que como nuestras casas tienen números romanos confundió el 19 con el 29 y eso que el vecino del número 2 lo ha puesto con números "normales" y se ve perfectamente el 19 desde la calle. Lo entregó en el 29-1, ni siquiera en el 29-6. Todo esto lo averiguamos el transportista que pasó hoy a recuperar y entregar mi paquete y yo gracias a otra vecina rubia que paseaba otro perrito, pero que no era la misma aunque sí conocía el apellido inglés de la persona receptora. Hoy la suerte estaba de mi lado. La mujer del 29-1, muy amable, recuperó mi paquete y me lo devolvió intacto. Les regalaré unos bombones en agradecimiento a todos estos vecinos tan amables.

Por mi parte, enviaré al correo electrónico de la empresa de transportes una información detallada de las equivalencias de los números romanos. Me gusta hacer críticas constructivas.

Y para vosotros, muchísimas gracias por todo. Sois muy amables. Espero seguir comprando en vuestra tienda.

Saludos y ¡Feliz Navidad!
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2 comentarios:

Oscar Daniel dijo...

Increíble historia pero muy creíble realidad...
Ya sabes que compartimos experiencias muy similares con el ejetreo de las empresas postales...
Felicitaciones por la redacción. Nos sabes siempre atrapar con tu gramática perfecta. Y muchas gracias por compartirlo. Saludos a los vecinos, grandes ellos!!!

SusiCroft dijo...

Gracias Oscar, supuse que te gustaría. Fue divertido en realidad, pero el cabreo impresionante, como tú bien dices. :)